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Abriendo paso a la espiritualidad

  • Foto del escritor: Antonia Guci
    Antonia Guci
  • 5 abr 2019
  • 3 Min. de lectura

Si leíste el post anterior ya tienes una idea sobre lo que es el desarrollo espiritual, ahora la cuestión es qué hacer para comenzar a adentrarnos en esta práctica.

Para darle inicio a nuestro viaje espiritual, o retomarlo donde lo dejamos, es importante saber que no es algo rápido. La espiritualidad no es algo que podemos desarrollar en unos cuantos meses, en realidad es un proceso que dura toda la vida porque nadie se mantiene igual a lo largo del tiempo. Somos energía fluyendo en el universo y, como toda energía, nos transformamos.


Existe un elemento primordial del que nos tenemos que deshacer para comenzar a pavimentar nuestras nuevas rutas, necesitamos dejar de creer que las respuestas que buscamos se encuentran en el exterior. Existe un montón de gente que te impulsará a salir de tu zona de confort para vivir nuevas experiencias o encontrarte contigo mismo, pero la realidad es que lo que buscas está bastante más cerca de lo que crees, esa conexión a la que aspiras está en tu interior. Siempre lo ha estado y siempre lo estará. Así que el primer consejo que te puedo dar es el de la introspección.


Cuando empecé mi travesía espiritual, hace un poco más de un año, lo primero que noté fue que, irónicamente, necesitamos apoyo exterior para encontrar nuestra verdad interior. Buscamos guías espirituales que nos enseñen a entendernos a nosotros mismos como si habitar nuestro cuerpo y mente no fuera suficiente para hacerlo. ¿Lo chistoso? Sin soporte externo resulta una tarea francamente agotadora y prácticamente inalcanzable.


No nacemos con la habilidad innata de entender nuestros sentimientos y nuestra energía, necesitamos el conocimiento de otros para capacitarnos a nosotros mismos. No hay necesidad de afligirnos por no saber lidiar con nuestra propia energía, reconocer que no somos capaces de hacerlo es uno de los primeros pasos para adentrarnos en el mundo espiritual. ¡Qué fácil sería la vida si supiéramos procesar todo lo que sentimos!


Otro tema trascendental es el de las barreras. Como seres humanos hemos aprendido a crear un sinfín de barreras para casi todos los escenarios de nuestras vidas basados únicamente en las mentiras que la sociedad nos suministra. Si no tienes dinero no puedes ser feliz; si no quieres hijos estás fallando como mujer; si no encajas en los estereotipos sociales no podrás ser exitoso; y así miles y miles de enunciados. Tenemos que empezar a eliminar las barreras que hemos adoptado a lo largo de los años.


Te propongo un ejercicio para que veas qué barreras has hecho tuyas sin siquiera ser consciente de ello. Anota las mentiras que viven aquellos que te rodean y luego anota esas mentiras en las que tú crees. Suena como una tarea fácil, pero cuando tengas el lápiz en la mano y veas el papel en blanco te darás cuenta de que inconscientemente ya tienes una barrera obstruyéndote el camino. Aunque solamente tú leerás ese papel, escribir lo que realmente piensas es casi igual que decirlo en voz alta, y probablemente tus respuestas sean algo que no te gustaría escuchar viniendo de alguien más.


Este tipo de ejercicios es una pieza vital para la espiritualidad, es la manera más simple de comenzar un proceso de introspección. Plasmar nuestros pensamientos en papel hace que estos sean tangibles, si los vemos entonces no podemos esconderlos. Nuestra mente es experta en silenciar aquello que no queremos oír, por eso es imprescindible que aprendamos a exteriorizarlo. La única forma de resolver un problema es reconocer que existe.


¿Qué pensamientos te estás prohibiendo explorar? ¿Por qué?

 
 
 

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