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Atacando la ansiedad

  • Foto del escritor: Antonia Guci
    Antonia Guci
  • 30 sept 2019
  • 3 Min. de lectura

El sábado almorcé con una amiga que ha sido intermitente a lo largo de los últimos 10 años, pero que siempre me deja con el corazón contento y una sonrisa enorme en la cara. Entre las mil cosas que conversamos mientras nos comíamos el mejor sushi vegano de esta ciudad salió a la luz el tema de la ansiedad y lo solitario que es ser un esclavo de ella. ¿Cómo le explicas a alguien que nunca ha tenido un ataque de ansiedad que literalmente sientes que te vas a morir por la razón más ridícula que te puedas imaginar?


— Ah, sí, mira te explico ... es que empecé a pensar en que cuando estaba en una fiesta hace 8 años confundí al novio de la mamá de mi mejor amiga con su papá y seguramente la mamá quiso matarme en ese momento entonces imagínate si de verdad me hubiera querido matar, ¿Qué habría hecho? Y ya ... empecé a sentir que el aire me faltaba y que me iba a dar un infarto en cualquier momento.


¡¿Qué tan ridículo es eso?! Bueno, me pasó hace algunos años.


Mientras hablábamos de esto y nos contábamos nuestros ataques de ansiedad más ridículos nos dimos cuenta de que no habíamos hablado de este tema tan abiertamente con nadie porque:


1. A menos de que lo hayan vivido, nadie lo entiende realmente

2. La gente que lo vive no lo cuenta


Me puse a pensar en todas las veces que me fui de un lugar sin decir nada o las veces que me paré de la mesa fingiendo que tenía que ir al baño o mil otras razones más que inventé para poder ir a tener mi ataque de ansiedad en un lugar "tranquilo", pero seamos realistas, ningún lugar en este planeta es "tranquilo" para tener un ataque de ansiedad cuando tu mente te está atacando con un millón de escenarios distintos de cómo las cosas podrían salir mal cuando, en realidad, ninguno de esos escenarios es remotamente posible.


Sé que muchos de los que me leen viven con ansiedad porque me lo han dicho en diferentes oportunidades, así que aquí les va un consejo de vida que a mí me ha ahorrado varios ataques durante el último tiempo: encuentren a una persona en la que confíen ciegamente, a la que puedan llamar o escribirle sin importar la hora que sea y que sepa cómo ayudarlos a evitar un ataque de ansiedad o que sepa cómo sacarlos de uno. ¿Lo mejor de esto? ¡No tiene que ser una persona que puedan tener ahí físicamente! Mi persona es una de mis amigas de internet y si pudiera convertirla en la Santa Patrona de los Ataques de Pánico y Ansiedad lo haría.


Por experiencia sé que básicamente todas las personas que conocen "en la vida real" van a decir que los amigos de internet no son amigos y les van a dar una lista - que nadie pidió, por cierto - de todas las razones por las que uno no puede tener una relación de amistad con alguien que no conoce. Bueno, este post es una nota de permiso para que amen a sus amigos de internet con todas sus fuerzas y les cuenten todos los problemas de su vida y encuentren en ellos eso que no encuentran en la gente que los rodea físicamente. Confíen en su instinto y encuentren su tribu, porque no hay nada más hermoso en este mundo que poder atacar a la ansiedad con alguien al lado (aunque sea figurativamente).


Analicen su ansiedad, vean qué la gatilla, lean sobre el tema y cuando encuentren a su persona explíquenle qué los tranquiliza, qué distracciones sirven para su mente y todas esas cosas que ustedes mejor que nadie sabe que funcionan para calmarlos. Vivir con ansiedad no tiene por qué sentirse como un castigo o una película de terror constante, tengan paciencia y traten de mantenerse presentes porque, como siempre les digo, el pasado no podemos cambiarlo y el futuro nunca va a suceder exactamente como lo planeamos.




 
 
 

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