¿Desarrollo espiritual?
- Antonia Guci
- 4 abr 2019
- 2 Min. de lectura

Antes que nada, quiero darte la bienvenida a este espacio que espero se convierta en uno de tus favoritos. Hilván de Luna nace de la idea de servir como una guía para que encuentres armonía en tu interior y la concilies con la energía que el universo nos entrega de manera tan fascinante.
Ahora sí, empecemos por lo básico.
La primera vez que escuché el término “desarrollo espiritual” de inmediato pensé en todas esas personas que mi abuela llamaría voladas. Por la forma en que somos criados tendemos a hacer asociaciones basadas en estereotipos y prejuicios, cosa que está estrechamente relacionada con cómo la energía fluye dentro de nosotros. Para adentrarnos en esta aventura de desarrollar nuestra espiritualidad tenemos que estar dispuestos a hacer a un lado todo aquello que se nos ha impuesto durante la vida, necesitamos entender que nuestros pensamientos y comportamientos, muy probablemente, no son propios, sino que son un conjunto de pautas que hemos aprendido de otras personas (como nuestros padres, por ejemplo).
La espiritualidad no tiene por qué ser difícil o confusa, si logramos aprender a salir de nuestro propio caos y ver las cosas desde un punto de vista diferente entonces resultará mucho más fácil enfrentarnos a aquellas cosas que obstaculizan nuestro camino. Aunque suene inusual, los momentos donde sentimos que simplemente no podemos dar más son los más esenciales para nuestro desarrollo espiritual. Es ahí donde nos damos cuenta de que estamos experimentando algo que, a largo plazo, servirá como una lección de la que aprendimos a salir, quizás con un par de rasguños, pero enteros.
Es fundamental recordar que como seres humanos tenemos historias totalmente distintas a aquel parado al lado nuestro, por eso es importante comprender que todos tenemos tiempos diferentes. Todos crecemos y aprendemos de nuestra propia forma y es vital que recordemos y honremos eso en nuestro interior. Si algunas cosas nos toman más tiempo que a alguien más está bien, necesitamos cuidarnos más, querernos más. Si sientes que vas lento no te atormentes, por el contrario, date gracias por permitirte sanar a tu propio ritmo, pues solo así podrás entender realmente qué es lo que estás viviendo y para qué lo estás viviendo.
Cuídate, quiérete, sánate.
Comments